Últimamente no tengo ganas de escribir. Mi mente se encuentra en blanco. No tengo nuevas aventuras que me llenen de satisfacción pasajera, la misma satisfacción que luego se convierte en un pequeño remordimiento que aparece justo cuando la resaca dominical se desvanece. Últimamente estoy tan tranquila, que he tenido tiempo de pensar en distintos momentos de mi vida, y tratando de pensar ALGO para poder escribir... sorprendentemente HOY me acorde de ti. Debo reconocer que cuando la ruptura era reciente solía recordarte de manera frecuente y me acordaba de todos esos momentos maravillosos que pase a tu lado, de las infinitas veces en que prometí estar siempre contigo, de la forma en que te idolatraba y te amaba por sobre todas las cosas, claro cuando la ruptura era reciente mi mente era ciega, solo cabía espacio para el infinito dolor que sentía por haberte perdido porque así es mi mente masoquista por excelencia.
Hoy recordé LA ULTIMA de las múltiples veces que nos dijimos adiós por última vez, no te reproché nada, mas bien mi actitud por primera vez fue todo lo contrario, déspota, soberbia y sobretodo altanera. A diferencia de todas las otras veces en las que rogué por otra oportunidad, esta vez quise transmitir una de las frases que todos solemos usar, esa grandiosa frase que nos dice que "HAY MUCHOS PECES EN EL RÍO", y definitivamente iba a ser sencillo encontrar cualquier otro pez mejor que tú, incluso si este pez era proveniente de cualquier riachuelo contaminado.
Pero esta actitud fue creada con la exclusiva finalidad de ser el estímulo para transmitir ese breve mensaje. Con esta mágica frase estaba inyectándome un nuevo conocimiento que me sería muy útil de ahí en adelante para cualquier test, prueba sencilla, examen complejo o incluso sustentación de tesis. La idea finalmente era graduarme, y definitivamente tú no ibas a formar parte de la ceremonia.
Han pasado algunos años, no muchos, ni pocos, sólo algunos, y ... SI SUPIERAS la cantidad de riachuelos, estanques, ríos, hasta mares por los que he recorrido. Tenías razón, hay muchos peces, muchísimos. No tienes ni idea, casi todas las semanas ingería mi dieta de semana santa. En numerables oportunidades pude seleccionar a los que según yo, eran los mejores ejemplares de la red. Tuve el convencimiento pleno que cualquiera de ellos definitivamente estaría por encima tuyo gracias a ese conocimiento adquirido. Uno tras otro, iba confirmando esta sólida creencia que tenía.
Me intoxiqué con tu veneno, pero cada pez fue una parte de la ración total del antídoto necesario para olvidarte. El recuerdo que tengo de nuestra tortuosa relación es muy vago, la burbuja en la que me sumergí contigo se reventó hace bastante tiempo y si hago un recuento de los daños, definitivamente tu no eras lo que yo quería. Pero lo que debes saber, es que cuando olvide ese amor eterno, aquel que jure sentirlo siempre solo por ti... también olvide todo aquello que puedo sentir por cualquier otra persona, hasta el día de hoy no he sido capaz de enamorarme otra vez, de sentir mariposas en el estomago (porque si se sienten), de ponerme nerviosa cuando esa persona se acerca, de sentir esas infinitas ganas de querer cuidar a alguien, de idolatrar.. de AMAR. No siento absolutamente nada.
Por esta razón HOY TE PIDO que me devuelvas mi corazón, porque cuando te lo entregue tu lo guardaste, lo maltrataste y supongo lo dejaste tirado en algún lugar, pero lo cierto es que nunca me lo devolviste, por eso te pido que me lo devuelvas porque mientras no lo hagas no podre ser capaz de curarlo y así poder volver a tener ese sentimiento tan puro que hasta el día de hoy, solo he sentido por ti.
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